Uno de los mayores problemas a los que pueden enfrentarse los armadores de los buques es descubrir la presencia de polizones a bordo. Y decimos problema no sólo enfocándolo desde un punto de vista económico y de la seguridad, que también, si no sobre todo por el “factor humano” que esta circunstancia conlleva.
Por un lado, se conjuga la intromisión que sufren tanto el Capitán como la tripulación por verse afectados en su puesto de trabajo y lugar de convivencia, de manera abrupta, por la presencia de una o más personas desconocidas de cuya situación vital se convierten, además, en plenamente responsables. Leer más