El Cielo Único Europeo

A finales de los años 90, entre otras iniciativas, Europa decidió impulsar la creación del mercado único de la aviación y la iniciativa del llamado “Cielo Único Europeo”.

La iniciativa del “Cielo Único Europeo” tiene por objetivo principal reducir la fragmentación del espacio aéreo europeo, incrementando de este modo su capacidad y la eficiencia de la gestión del tránsito aéreo y de los servicios de navegación aérea mediante la reducción de tiempos de vuelo, la disminución del coste de los vuelos y las emisiones de las aeronaves, la separación de las funciones reguladoras y la prestación de servicios, la interoperabilidad de los equipos, la clasificación armonizada del espacio aéreo superior y el establecimiento de los requisitos comunes para la habilitación de los controladores de tránsito aéreo.

Hasta finales de la década de 1990 el transporte aéreo se desarrollaba bajo la supervisión y control de las autoridades nacionales de cada país, y el transporte aéreo internacional se fundamentaba principalmente en acuerdos bilaterales entre países.

La evolución en Europa llegó mediante la firma del “Acta Única Europea”, cuando los mercados nacionales se convirtieron en un mercado único competitivo para el transporte aéreo. Entonces, las líneas aéreas nacionales cedieron protagonismo a las compañías aéreas comunitarias y se estableció como principio básico que cualquier compañía aérea comunitaria podría fijar libremente las tarifas para pasajeros y mercancías, así como acceder a cualquier ruta interior de la Unión Europea, sin ningún permiso o autorización expresa.

Tanto el Parlamento como el Consejo Europeo han sido claves en este contexto. De hecho, el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea reconoce en su artículo 100.2 la capacidad del Parlamento y Consejo Europeo para establecer las disposiciones que consideren apropiadas en relación con la aviación aérea.

En el ámbito de la igualdad de condiciones de competencia, algunas de las normas comunes adoptadas para garantizar el correcto funcionamiento del sistema aéreo europeo, serían:

 

  1. a) En junio de 2017 se publicó la propuesta de Reglamento sobre la defensa de la competencia en el transporte aéreo y por el que se deroga el Reglamento (CE) nº868/2004.
  2. b) Reglamento (CEE) nº95/93 y sus enmiendas.
  3. c) Directiva 96/67/CE.
  4. d) Directiva 2009/12/CE.
  5. e) COM (2017) 0289, mecanismo para garantizar la competencia leal entre las compañías aéreas de la Unión y terceros países.

En el ámbito de la protección para los pasajeros, los pasos dados y a valorar son:

  1. a) Creación de una Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA).
  2. b) La armonización de los requisitos de seguridad en todos los aeropuertos de la Unión Europea.
  3. c) El Reglamento (CE) nº261/2004, destinado a proteger los derechos de los pasajeros.

Gracias a estas iniciativas se prevén ventajas que redundan en beneficios para los operadores, los transportistas, los pasajeros y los cargadores. Ventajas tales como triplicar la capacidad del espacio aéreo hasta 2035, reducir el coste de la gestión de tránsito aéreo, multiplicar la seguridad del sector e incluso disminuir el impacto medio ambiental de la aviación aérea. Ejemplo de algunas de las mejoras que ya se pueden observar hasta la fecha, y que son:

  • La disminución del retraso medio en ruta ocasionado por la gestión de afluencia de tránsito.
  • La disminución del retraso medio de llegada ocasionada por la gestión de afluencia del tránsito aéreo.
  • La extensión media de la ruta horizontal directa con una tendencia a la baja.
  • La mejora de la eficiencia en cuanto a costes.

Sin embargo, todavía existen algunos aspectos por seguir mejorando, como son los defectos del sistema de asignación de franjas horarias (slots); evitar que la mayoría de rutas que parten de un aeropuerto de la Unión sigan siendo operadas solo por una o dos compañías; reducir las dificultades financieras a las que se enfrentan las compañías aéreas y algunos aeropuertos (incrementadas de manera alarmante en esta compleja época de pandemia que estamos sufriendo); mejorar la supervisión de algunas líneas aéreas que operan hoy en algunos estados miembros.

No cabe duda de que el espacio aéreo europeo se ha desarrollado en una importante medida en los últimos años, creando una tendencia que aún no ha podido ser implementada en otros continentes a pesar de que se han invertido grandes esfuerzos en este sentido.

Aunque aún queda mucho por hacer, el espacio aéreo mundial sigue un camino hacia la unión, transversalidad y la sostenibilidad, facilitando de esta forma la intermodalidad de los medios de transporte, el abaratamiento de costes (económicos, personales y medio ambientales), así como el desarrollo de nuevas tecnologías, lo que sin duda redunda en un avance más positivo de la sociedad